martes, 30 de noviembre de 2010

Los riesgos geológicos en Extremadura (I).

Voy a incluir una serie de entradas, correspondientes a un trabajo sobre el estado del conocimiento en materia de riesgos geológicos en Extremadura. Lo he subdividido en partes, para que su lectura sea algo más amena.

Introducción
La conciencia social al respecto de los riesgos geológicos queda patente en el hecho incuestionable de la mayor cobertura hacia este modalidad de riesgos por parte de las compañías aseguradoras.
El uso del término "riesgo" no se refiere a magnitud alguna ni de probabilidad ni de pérdidas o daños esperados. Es por ello que aunque parezca que debamos hablar de peligros geológicos y no de riesgos geológicos, sigamos esta última terminología según las ideas de Ayala Carcedo, cuya definición es: "Un riesgo geológico es todo proceso, situación o suceso en el medio geológico, natural, inducido o mixto, que puede generar un daño económico o social para alguna comunidad, y en cuya predicción, prevención o corrección han de emplearse criterios geológicos".

Importancia socioeconómica de los riesgos geológicos
Sin duda, es éste el aspecto que más destaca en los riesgos geológicos (y naturales, en general), ya que de todos es conocido el gran número de pérdidas humanas y materiales que aquellos provocan anualmente.
Por ejemplo, como dato orientador, el Servicio Geológico Español (http://www.igme.es/) realizó un análisis en 1986 en el que predecía las pérdidas materiales, expresadas en valor monetario, en el periodo 1986-2010, resultando que los gastos previsibles (en billones de pesetas) para el periodo 1986-2010 serían los siguientes: inundaciones (2'8), terremotos (0'084), movimientos de ladera (0'76), erosión (0'07), diámica litoral (0'21), arcillas expansivas (0'1) y volcánico (0'02).

lunes, 29 de noviembre de 2010

"Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan (1872-1965). Apuntes biográficos y obra científica", por Julio Lozano.

La publicación en 2004 del libro que muestro en esta nota, vino a configurar una versión casi definitiva de la biografía de nuestro más afamado geólogo, Eduardo Hernández-Pacheco.
Hombre de grandes dotes científicas, tocó varios palos de la ciencia, pues además de la Geología Física, se adentró en la Paleontología o la Arqueología, entre otras ramas del saber. Fue un referente casi intemporal, a pesar de que vivió dos regímenes políticos totalmente contrapuestos. Aunque también debe explicarse que su figura y valor científicos no fueron en modo alguno puestos en duda, teniendo el respeto de toda la colectividad científica y política de la época. Recordemos, además, que "Pachecón", como se le suele denominar, proviene de la generación del 98 (científica), que sufrió duramente el golpe moral tan explícitamente recordado en los libros de Historia, por la pérdida de nuestras colonias. Varapalo que Eduardo H-P superó con el trabajo bien hecho, siendo él y otros como él, el soporte científico de al menos toda una generación posterior de geólogos y geógrafos.

El autor, en el centro, flanqueado por el Director del IES y Esteban Cortijo (a su derecha).
 El trabajo de recopilación realizado por Lozano, profesor del Instituto de Enseñanza Secundaria "Profesor Hernández-Pacheco" de Cáceres, es la mejor realizada hasta la fecha. Esta nueva biografía fue publicada rememorando el 25 aniversario del citado Instituto y demuestra que algunas ediciones pueden muy bien tener cabida en otros ámbitos que no sean exclusivamente las consejerías de la Junta de Extremadura, las diputaciones provinciales o las cajas de ahorro.
El libro fue presentado por el autor, arropado por el director del instituto (a su izquierda) y por Esteban Cortijo, biógrafo éste de Mario Rosso de Luna, a su vez gran amigo de Pachecón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Piritrón de piritrones: piritas extremeñas.

Este no es el nombre de una variedad de pirita ni, por supuesto, el de ningún ser de mundos telúricos. Es, sencillamente, el vocablo que inventó un amigo para referirse a un montaje mineralógico, cuyo protagonista era el sulfuro de hierro, es decir, "pirita". Recordemos que la pirita pertenece al grupo de los sulfuros y forma cristales cúbicos, piritoédricos u octaédricos. Contiene un 46.4% de hierro y el resto de azufre. También llamada "Oro de los tontos", por haber sido en ocasiones confundida con el oro nativo, por sus similitudes en cuanto a color y brillo.
Estas imágenes muestran la "escultura" que apuntaba anteriormente, pues es el mejor calificativo que se me ocurre para definir el concepto artístico que mi amigo quiso dar a aquella obra. Los ejemplares que forman tal composición están recogidos esencialmente de Navajún (La Rioja) y de Valuengo (Jerez de los Caballeros). Los primeros son los de hábito cúbico, mientras que los extremeños suelen ser de hábito pentagonododecaédrico (los llamados piritoedros), algunos maclados.

  
Pero los verdaderos "piritrones" extremeños, si es que así se les puede llamar, son los que aparecen en la Cantera San Carlos, en la corneana o cornubianita (¡Gutiérrez, que le veo...!) formada en el contacto metamórfico del granito y la pizarra. Pueden alcanzar hasta los 3 cm de diámetro y son piezas que, debidamente preparadas, son muy vistosas. Para hacerse una idea de las dimensiones, pensad en que una moneda de euro apenas ocupa un pentágono.
¡Muy importante! Si los aficionados a la mineralogía ya están pensando en su siguiente excursión a Valuengo, deben tener en cuenta que para acceder a la cantera hay que solicitar el pertinente permiso a la empresa explotadora. En cualquier caso, mucho cuidado, pues es un lugar peligroso.

jueves, 25 de noviembre de 2010

"Estudio de la bibliografía geológica en la C.A. de Extremadura", por Fdez.-Falero.

Con el patrocinio de Caja de Salamanca y Soria, la Universidad de Extremadura publicaría este trabajo en 1994, cuya autoría corre a cargo de María del Rosario Fernández Falero, María Jesús Liso Rubio y Antonio Pulgarín Guerrero. Realmente, se trata de la adaptación del trabajo presentado por la Sra. Fdez.-Falero como memoria de licenciatura.
Es muy curioso este libro, pues bien podría haber abordado un tema diametralmente diferente al elegido. Para los geólogos, no obstante, esa elección ha sido muy importante, pues pone en orden la numerosa y dispersa bibliografía geológica escrita sobre Extremadura hasta el momento de la realización del trabajo.
El estudio está basado en las consultas de seis bases de datos internacionales (GEOARCHIVE, GEOREF, GEOBASE, PASCAL, CA SEARCH y LCMARC) y tres nacionales (ICYT, ISOC y ISBN), siendo las tres primeras monodisciplinares. Se utilizaron los siguientes descriptores: EXTREMADURA, CÁCERES y BADAJOZ, con la geología como base común de búsqueda. Posteriormente, se realizó una clasificación y tratamiento bibliométrico de la información.
En relación con la información obtenida mediante este tipo de búsqueda retrospectiva, debe mencionarse que la producción bibliográfica suele estar reflejada fundamentalmente en las bases de datos nacionales y Extremadura no es una excepción. Por ello, la utilización exclusiva de bases de datos internacionales para el estudio de la producción científica de una región geográfica, como es el caso del Science Citation Index, no refleja en absoluto la realidad bibliográfica y constituye una aproximación bibliométrica tosca, sin contar con el hecho de perjudicar notablemente a las publicaciones nacionales.
Para finalizar, destaco las conclusiones de este trabajo:
  • Se recuperaron en total 875 documentos.
  • Las bases de datos que más documentos han permitido recuperar han sido GEOREF y PASCAL.
  • El 60% de los documentos recuperados son artículos de revistas.
  • Las revistas en que se publicaron tales documentos son 119 y la mayoría son españolas (66), destacando entre todas ellas con diferencia el Boletínd el Instituto Geológico y Minero de España, en lo que a producción se refiere, con 141 artículos.
  • La distribución de los 565 artículos recuperados de las bases de datos sigue una distribución de Bradford (también aplicable, por cierto, a la información publicada en internet).
  • Los documentos recuperados en la búsqueda fueron publicados por 705 autores. La mayoría de estos autores tiene un solo trabajo. Hay un autor que, excepcionalmente, está presente en 37 trabajos.
  • El 40% de los trabajos está firmado por un solo autor, otro 40% está firmado por dos o más autores y el resto está firmado por más de tres autores. Como curiosidad, indicar que hay un trabajo firmado por ¡13 autores!
  • 29 autores tienen un nivel de productividad superior a 1 (publicaron más de 10 trabajos), 253 autores tienen un nivel de productividad entre 0 y 1 (publicaron entre 2 y 9 trabajos), mientras que 423 autores tienen un nivel 0 (publicaron solo un trabajo).
  • En el Journal Citation Reports (dato de 1992) solo aparecieron 27 revistas: seis estadounidenses, seis holandesas, cinco británicas, cuatro alemanas, dos francesas, una italiana, una noruega, una húngara y una española. Como nota aclaratoria, decir que en 2008 la revista de la Universidad de Barcelona, Geologica Acta, tiene asignado un factor de impacto de 2'245, siendo la sexta revista de la lista (42 en total). Es un ejemplo de lo que ha cambiado el mundo de la publicación científica en España en menos de una década.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Primer Mapa Geológico de España (Le Play, 1834).

Hace tiempo que teníamos ganas de hablar de este fantástico mapa, el primero de España (abarca el sur de Extremadura y el norte de Andalucía), según Esther Boixereu, investigadora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Hasta ahora, la existencia de este mapa había pasado desapercibida por todos los estudiosos de la geología.

La noticia ya había sido divulgada durante el X Congreso Internacional de Patrimonio Geológico y Minero, celebrado en Coria, en 2009, y aún antes, en el VII Congreso Geológico de España, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en julio de 2008. Aunque también hay que decir que en el Boletín Geológico y Minero nº 118(4) se había publicado sobre este asunto un año antes, con el título "El boceto de un mapa geológico de Extremadura y Norte de Andalucía de Fréderic Le Play (1834): Primer mapa geológico realizado en España".

Aprovechando las notas de prensa aparecidas en el momento, explicamos a continuación las características del mapa de Le Play:

Hasta la fecha, se consideraba que el primer Mapa Geológico de España era el Mapa Petrográfico del Reino de Galicia, realizado por Guillermo Schulz en 1835. Sin embargo, Ester Boixereu i Vila, geóloga del IGME, afirma en un artículo publicado en el Boletín Geológico y Minero de España que, un año antes, el prestigioso ingeniero de minas francés Frederic le Play, había publicado en Francia un mapa geológico y minero de Extremadura y norte de Andalucía.


El mapa de Frederic Le Play, publicado en 1834, se presenta por lo tanto como el mapa geológico más antiguo de España. Esta cartografía de Extremadura y el norte de Andalucía está realizada a escala 1:1.000.000 y se acompaña de una doble escala gráfica en leguas castellanas y en unidades del sistema métrico decimal (la primera vez que se utilizaba este sistema en un mapa geológico). Contiene una leyenda en la que se distinguen nueve litologías distintas, signos convencionales y los principales indicios mineros y establecimientos metalúrgicos. A Le Play la administración francesa le había encomendado evaluar la potencialidad minera del sur de España.

La aparición del primer mapa geológico de la historia, realizado por Wiliam Smith para Inglaterra y Gales en 1814, pone de manifiesto, por primera vez, la estructura tridimensional de la corteza terrestre. Su representación cartográfica demostraba que en una gran región las formaciones litológicas se organizaban según un patrón previsible, según una sucesión de fósiles incluidos en ellas, de más antiguos a más modernos. Smith utilizó signos convencionales, así como un código de colores para identificar las distintas formaciones litológicas. A partir de su aparición se considera a la Geología como una ciencia independiente y de ahí la importancia de saber cuales fueron los primeros mapas geológicos.

En palabras de Boixereu, "el mapa de Le Play es de una gran calidad, está representado con una gran precisión; se trata de un verdadero mapa geológico en el concepto actual de éste, pues resuelve la sucesión estratigráfica y la estructura geológica de la región, mientras que el mapa de Schulz de 1835 es tan solo un mapa de afloramientos".
Pierre Guillaume Frédéric Le Play nació en La Rivière-Saint-Sauveur (Calvados, Normandía) en 1806, falleciendo 1882 en París. A pesar de haber sido el más brillante ingeniero de minas de su época, se le conoce más por sus aportaciones a la Sociología.

Frédéric Le Play fue comisionado por la administración francesa para realizar en concreto un informe sobre el entorno geológico y estadístico de los yacimientos minerales del sur de la península ibérica. Pero este tema lo veremos otro día.

martes, 23 de noviembre de 2010

Deslizamiento de tierras en Tornavacas.

Han pasado unos años desde que ocurrió este deslizamiento de tierras a las afueras del casco urbano de Tornavacas.
El desencadenante fue una excavación al pie del talud de la carretera, supongo que para obtener material complementario necesario para alguna obra. Al eliminarse la parte baja del talud, se inestabilizó la ladera y formó la típica rotura subcircular con desplazamiento de todo el conjunto por gravedad.
Afectó tanto a la carretera como a unas construcciones, parte de las cuales fueron literalmente destruidas (es el caso de una piscina, en color azul).
El resultado pudo haber sido peor de haber afectado a los dos edificios cercanos, pues se utilizan como residencia habitual. Aún hoy quizá ni se puedan utilizar, por el riesgo que supone habitarlos en tales circunstancias.
Lo sorprendente es la parsimonia con que las autoridades han tratado el asunto, pues las fotos están hechas al menos un año después de que se produjera el fenómeno. Lo lógico hubiera sido recuperar la estabilidad del talud de manera inmediata, amén de consolidar los cimientos de los edificios perimetrales a la rotura.



lunes, 22 de noviembre de 2010

"Florentino Díaz García, in memoriam".

Aunque no tenga que ver directamente con la Geología de Extremadura, hacía tiempo que nos apetecía escribir sobre Floro. Porque para todo el mundo Florentino Díaz era "Floro", pues así le gustaba que le llamasen.

Lo conocimos en segundo de carrera, en el curso 1986-87, pues colaboraba en las clases de Cartografía, como también hacía Pedro Farias, junto con Juan Luis Alonso, que era el titular de dicha asignatura. Nos parecía una persona humilde y algo sarcástico, dos cualidades importantes. Desde el punto de vista profesional, era, al igual que sus compañeros, un gran enseñante. Tanto en campo como en las clases prácticas, su talante era excelente y rara vez se alteraba.

Poco más podemos contar de él, salvo un par de anécdotas: la primera, que corresponde a la lectura de su tesis doctoral, donde nos impresionó el orgullo que transmitía al defenderla, no por el jurado ni por los del gremio que estábamos oyéndole, sino por sus padres, que le escuchaban con mayor orgullo todavía, si cabe; la segunda, corresponde a un reencuentro que tuvimos con él en Badajoz, en 1999, a propósito de una comunicación que presentaba en la XV Reunión de Geología del Oeste Peninsular, titulada "Structural evidences for a pre-Variscan tectonothermal event in the Central Iberian Zone". Después de casi diez años sin saber de casi nadie de la Universidad de Oviedo, aquel reencuentro fue ilusionante, quizá por lo buen profesor y persona que fue Floro. En aquella ocasión le regalamos una esquisitez extremeña, unos bombones de higo.



Aprovechamos para adjuntar dos imágenes escaneadas del nº 47 de Geogaceta, de 2009, con permiso de la Sociedad Geológica de España, un obituario sobre Florentino Díaz García, donde sus compañeros y amigos le recuerdan con gran cariño y que creemos es extensible al sentimiento de los que fuimos sus alumnos en la Universidad de Oviedo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

A vueltas con Aguasvivas.

Cuando hace unas semanas cayó una gota fría en pleno casco urbano de Cáceres, recordé inmediatamente la estampa normalmente idílica del arroyo Aguasvivas, con su escaso caudal corriendo encauzado por el Parque del Príncipe. ¿Y por qué pensé esto? Porque aquella tarde del 16 de septiembre de 2010 me imaginaba que ese pequeño arroyo estaría absolutamente embravecido, cual rambla mediterránea, pasados unos minutos de iniciada la tormenta.
Por si no fuera suficiente, ya vimos en su momento cómo parte de la llanura de inundación era utilizada para usos recreativos y, peor aún, residenciales: http://geologiaextremadura.blogspot.com/2010/08/aguas-vivas.html. Me ahorro los comentarios.
Las imágenes que adjunto a continuación muestran el antes y el después de la riada de septiembre. Nótense los daños en los cerramientos y la solera de la cancha de futbito (foto de la derecha), que sigue utilizándose, a pesar de su estado.
  
Aquí es el único sitio del mundo donde supongo que cualquiera se ve capaz de mirar a la cara, futbolísticamente hablando, tanto a Cristiano como a Leonel. Quizá ellos aprendieron a pelotear en un lugar parecido y por eso ahora son lo que son. Así que ánimo a los temerarios que echan los partidillos en este sitio: si sobreviven al intento puede que lleguen a ser algo en el mundo del futboleo.


jueves, 18 de noviembre de 2010

Tesoros en las Rocas (Cáceres y Badajoz).


En 2006 tuvo lugar una importante cita para la Geología en Extremadura, pues se presentó en las dos capitales provinciales la exposición "Tesoros en las rocas", bajo el auspicio de la Junta de Extremadura y el Instituto Geológico y Minero de España (Museo Geominero), y la colaboración de la Diputación de Cáceres y la Asociación Geológica de Extremadura. En Cáceres estuvo expuesta entre el 19 de abril y el 28 de mayo, en la Sala de Exposiciones "Pintores 10", mientras que en Badajoz estuvo del 2 de junio al 2 de julio, en la Sala de Exposiciones "Europa".
La exposición (ver http://www.igme.es/museo), itinerante desde 1998 por toda España, consta de 171 ejemplares minerales, 157 ejemplares fósiles y 21 ejemplares de roca, además de 17 paneles explicativos. Entre los minerales expuestos, Extremadura tiene varios representantes: vonsenita (Burguillos del Cerro), magnetita (Zafra), piromorfita (Garlitos), andradita (Burguillos del Cerro), allanita (Burguillos del Cerro), hedembergita (Jerez de los Caballeros), crisotilo (Calera de León) y cuarzo rosa (Oliva de Plasencia). Entre los fósiles, hay un representante del género Monograptus, procedente de Herrera del Duque, y otro de Cáceres (Didymograptus artus), un bivalvo, Conchidium knighti, de Garlitos, y un trilobites (Bollandia trivignoi) de Aliseda.
Las imágenes corresponden a la exposición de Cáceres.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El agua isotónica de Almoharín.

Buscando en mi hemeroteca particular, he encontrado estas noticias del 12 y 17 de febrero de 2001, que publicarían nuestros dos periódicos regionales (Hoy y El Periódico). Este tipo de noticias hidrogeológicas tiene gran importancia en una región que ha padecido fuertes sequías de manera más o menos cíclica. En este caso, la familia Pajuelo sería la afortunada por localizar este acuífero, pues resultaba por entonces muy importante para su explotación ovina disponer de agua para abrevar al ganado. Recordemos que esta familia es la precursora de una de las iniciativas empresariales más importantes de Almoharín (comparable a la que crearía los bombones de higo en su momento): la torta del Casar, que se elabora en esta localidad del sur de la provincia de Cáceres y que tiene denominación de origen. A ello se añade la reciente creación de Pastoralia, un centro de interpretación específico para este producto.
Pero la isotonicidad del agua que muy bien podría estar aprovechando alguna de las empresas dedicadas al sector del agua mineral, incluyendo las que embasan bebidas refrescantes, solo la beben las ovejas de Sopetrán. Sin ser estos animalillos deportistas de élite, que yo sepa, lo cierto es que esas aguas que beben del subsuelo, claramente minero-medicinales, son un punto más a favor de la calidad del líquido que almacenan en sus ubres y, por tanto, de la ya de por sí afamada "torta".
El agua del sondeo que hicieron en el paraje Sopetrán tiene carácter clorurado-bicarbonatado-sódico. Se localizó en un acuífero confinado, con caudal superior a 3 litros por segundo. La zona en la que se ha encontrado corresponde prácticamente con el contacto geológico entre el basamento cratonizado del macizo granítico de Montánchez y la cobertera terciario-cuaternaria del río Búrdalo, afluente del Guadiana. Dado que no se ha hecho un estudio hidrogeológico, se desconoce en detalle la geología del subsuelo, pero por lo que se conoce de la zona, se puede inferir la existencia de un acuífero poroso por fracturación (la zona cratonizada se encuentra altamente fracturada), que va recogiendo las aguas de la sierra, al norte, hasta su almacenamiento a gran profundidad, por debajo de niveles impermeables, que confinan el agua y permiten que ésta salga a presión una vez se sondea el nivel hidrogeológico correspondiente, de manera similar a lo que ocurre cuando abrimos el grifo del agua de nuestros hogares.

martes, 16 de noviembre de 2010

"Las rocas ornamentales de Extremadura (CD-ROM)".

Este CD fue editado por la Junta de Extremadura en 2004, en modo bilingüe (español e inglés). En él se presenta la situación del sector de la roca ornamental, además de incluir información sobre el INTROMAC.
Las variedades de roca ornamental comercializadas en Extremadura se presentan de manera gráfica, con imágenes de gran fidelidad de cada una de ellas, así como los mapas de ubicación de las canteras en las que se explotan dichas variedades.
El CD incluye otro material, como un inventario de las empresas del sector, las entidades que intervienen en el tema de la ornamentación, así como las plantas transformadoras.
La documentación ha sido realizada por el INTROMAC y por Carlos Alcalde, geólogo de la Junta de Extremadura. El trabajo de edición ha corrido a cargo de la empresa ETM, S.L. y la composición final a cargo de ARITEC.


lunes, 15 de noviembre de 2010

"Características geológicas, hidrogeológicas e hidroquímicas de los alrededores de Villanueva de la Serena y Don Benito", por Peláez Pruneda.

Con este largo título, en 1973 vería la luz la tesis de don José Ramón Peláez Pruneda. Contó con la colaboración de algunos colegas (Pedro Herranz Araujo, Miguel Ángel San José Lancha y Lorenzo Vilas Minondo), además de la ayuda de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Esta tesis empezó siendo dirigida por el insigne Noel Llopis Lladó, pero fue finalmente dirigida por Luis Sánchez de la Torre, por fallecimiento de don Noel. El resultado es muy interesante, dado que estaba destinado a iniciar una serie de investigaciones hidrogeológicas en toda la cuenca del Guadiana, que finalmente no se materializaría.
Se incluyen varios planos con referencia de los resultados analíticos, así como un interesante mapa geológico y varios cortes geológicos aclaratorios.

A continuación sintetizo las conclusiones de esta tesis:
  1. Se distinguen cuatro acuíferos: granito y rocas paleozoicas (circulación por fisuración), arcosas residuales (elevada porosidad textural y presencia de un ligero artesianismo), lentejones arenosos o aleuríticos de los barros (continuidad) y depósitos del Cuaternario (acuíferos libres).
  2. Desde el punto de vista de su permeabilidad, las formaciones acuíferas de mayor interés son las arenas tipo "Mengabril" y las arcosas.
  3. La formación de los "Barros" tiene gran importancia en la hidrogeología de la región por su comportamiento como acuitardo.
  4. La red fluvial presenta un carácter netamente efluente frente a estos acuíferos.
  5. El gradiente de circulación es en general relativamente bajo (entre el 2 y el 4 %).
  6. Hidroquímicamente, se establecen las siguientes unidades: Barros, Arcosas-barros, Arenas de Mengabril, Rellenos de Valle, río Guadiana, río Búrdalo y Paleozoico.
  7. Las aguas de la Unidad de los Barros alcanzan los mayores valores de dureza, residuo fijo, índice de aniones y cationes y son las de peor calidad de la zona.
  8. El 80% de las muestras estudiadas -para el desarrollo de esta tesis- resultan potables o admisibles.
  9. El 80% de las aguas resultan aceptables para el regadío.

viernes, 12 de noviembre de 2010

"Haciendo escuela" (biografía sobre Eduardo Hernández-Pacheco), por Carlos Palomo.

En el primer número de la revista GEA, de octubre de 1962, Carlos Palomo plasmó en una página sus impresiones sobre un encuentro que en Alcuéscar tuvieron él y su compañero, José G. González, con el insigne Eduardo Hernández-Pacheco.
Han pasado muchos años desde aquella reunión, pero me alegra haber encontrado esta breve noticia, titulada "Haciendo escuela", donde el autor nos explica hasta dónde llegaba el talante de este gran geólogo y humanista, especialmente su innata capacidad divulgativa e, indirectamente, la atracción que ejercía sobre aquellos que le escuchaban, no solo hacia la Geología sino también hacia la Ciencia y la Historia.
Muy viejo, como dice Palomo, estaba ya don Eduardo (tres años después moriría en esa misma casa), pero, a pesar de ello, prestaría a esos dos jóvenes y entusuastas geólogos una clase magistral que seguro recordarían toda su vida.
No comento nada más: sencillamente, leedlo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

"El sector de la piedra ornamental en Extremadura (CD-ROM)".

En cinco idiomas la Junta de Extremadura editaría este video, creo que por el año 2002, dando una visión muy sintética, también propagandística, de este sector esencial en la economía extremeña.
Es válido para mostrar a los profanos, tanto del sector de la piedra como de la propia Extremadura, las cualidades de nuestros materiales pétreos de uso ornamental.
No creo que esté ya en circulación. No obstante, si alguien estuviera interesado, podría contactar con la empresa que lo produjo (Iris Eyex Produciones, S.L.), cuyo teléfono es 924373585.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Volcán de El Gasco (3).

Bien, con esta tercera entrega, que quizá no sea la última, acabo de explicar toda la serie de hipótesis que han venido barajando los investigadores en este, para mi, mítico paraje hurdano.
Recordemos que la primera hipótesis era de García de Figuerola y giraba en torno a un origen volcánico de las pumitas encontradas en El Picu. Luego vendrían algunas hipótesis no expresadas en texto, sino que eran meras aportaciones orales: es el caso de las fulguritas (petrificaciones originadas por la caida de rayos) o las escorias (explicación arqueológica habitual). Ya en época reciente, personal del INTA (Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales), organismo dependiente del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), apostó por un origen no terrestre, debido a la presencia de minerales de alta presión (ringwoodita y otros) en la roca pómez: el ya famoso "Impacto meteorítico de La Hurdes".
Hasta ahí la información que he facilitado sobre el origen de las rocas del Pico del Castillo, en la pedanía de El Gasco (Nuñomoral, Cáceres). Ahora queda estudiar el problema desde una perspectiva diferente a la seguida hasta el momento: el origen antrópico.
Antes de todo, decir que cuando acompañaba al equipo de investigadores y colaboradores del CSIC, allá por el año 2001, personalmente pensaba que el estudio se estaba realizando solo y exclusivamente desde un punto de vista químico-mineralógico y, subsidiariamente, de laboratorio (algo parecido a lo que ocurre si solo vemos una roca únicamente bajo el microscopio, pero no en campo, en su contexto original). Es decir, no se realizaba el estudio desde una óptica general. Pero esto cambió cuando uno de los investigadores principales del equipo original (Enrique Díaz Martínez) cambió de área de trabajo y tuvo mayor contacto profesional con especialistas de otras ramas del saber, especialmente geoarqueólogos, quienes le dieron algunas ideas de lo que podían ser las "pumitas" de El Gasco.
Ya en 2004 empezaron a ver la luz las primeras publicaciones de aquellas nuevas conclusiones, coincidiendo con el hecho de que se había contrastado la investigación preliminar extraterrestre (se había constatado la "ausencia" de aquellos minerales de alta presión que se pensaba existían en las pumitas). Eso catapultó la idea de que lo que estábamos todos viendo allí durante años eran secilla y llanamente rocas que habían sufrido el efecto de altas temperaturas, pero cuyo origen era exclusivamente terrestre, como veremos a continuación.
La hipótesis con que se está trabajando en la actualidad se basa en investigaciones de otros autores, fundamentalmente anglosajones (Nisbet, Childe, Youngblood, Cotton, etc.). Todos ellos han venido estudiando el fenómeno de la vitrificación de rocas en asentamientos humanos de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro en el continente europeo, especialmente en las Islas Británicas. Allí se conocen numerosos ejemplos de vitrificación de origen antrópico, aunque también es cierto que con un escaso conocimiento del fundamento físico-químico, pues algunos experimentos que se han realizado no han podido simular fielmente el proceso y, por consiguiente, los resultados.
Hace unos meses presenté, junto con otros autores, una comunicación en el Simposio sobre Mineralización y Metalurgia Históricas en el Sudoeste Europeo, celebrado en Vila Velha de Ródão (Portugal). Se aportaron datos de El Gasco y otros tres yacimientos arqueológicos, fuera de Extremadura, con muestras comprobadas de vitrificación. Así pues, lo que en este momento de las investigaciones se cree es que el origen procede de la vitrificación de la roca con que estaban construidos los edificios o murallas en cada uno de estos yacimientos. Cuando publiquen el trabajo de dicho Simposio, lo colgaré en el blog, pues en él se abordan con mayor detalle estas breves explicaciones que he querido exponer sobre esta última hipótesis de trabajo. Hipótesis, insisto, que se fundamenta no solo en los resultados de laboratorio, sino en los estudios de campo, reveladores de la existencia generalizada de estos procesos de vitrificación en la mayoría de los asentamientos protohistóricos conocidos. Hay que decir, a este respecto, que en ocasiones el fenómeno no culmina en vitrificación, quedándose en una simple calcinación. Esto se explicaría por las características químicas de la roca, pues no todas se comportan de igual modo ante el choque térmico. 
La imagen adjunta es un mapa con los yacimientos conocidos de vitrificación en la Península Ibérica. El Gasco corresponde al número 2.

martes, 9 de noviembre de 2010

Museo de Logrosán.

El Museo de Logrosán nace con una vocación esencialmente divulgativa, pues quiere mostrar, especialmente a los vecinos de las Villuercas, los valores geológicos que atesora esta comarca. No es objetivo fácil el que pretende, por lo que merece todo nuestro apoyo.
En su escasa superficie se concentra un muestrario de lo esencial de Extremadura desde el punto de vista geológico, especialmente en cuanto a Paleontología y Mineralogía se refiere. Aunque también muestra ejemplares de otras regiones españolas y extranjeras. La mayor parte del material ha sido donado por la empresa TECMINSA, S.L. También han participado particulares, que han cedido algunos ejemplares.
Presento unas pocas imágenes de sus vitrinas y paneles, esenciales estos últimos para entender la formación de los minerales, las rocas o los fósiles.
Un museo de gran interés y que no tiene nada que envidiar a cualesquiera otros que he conocido dentro y fuera de España.




lunes, 8 de noviembre de 2010

Calderonita: nota de Luis Francisco Martínez.

Con el título "Calderonita, un mineral extremeño descubierto en 1984", el blog EXTREMADURA MINERAL publicaría la noticia sobre el descubrimiento de este mineral. Os transcribo la noticia, de gran interés histórico, por lo que significa para nuestra región tener un mineral genuino de Extremadura.

"Un equipo de investigadores españoles procedentes de la Universidad Complutense de Madrid y de dos centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha clasificado una nueva especie de mineral, la calderonita, encontrada en una mina de plomo de Badajoz.
Desde 1789, sólo se han descrito y admitido en España 25 nuevas especies de minerales, en las que tan sólo tres de ellas han intervenido exclusivamente científicos españoles.
Los investigadores que han descubierto y clasificado la calderonita, "de color rojizo, con altos contenidos en plomo y vanadio", han comunicado su hallazgo a la comunidad científica en un trabajo que publica el último número de la revista mineralógica "The American Mineralogist".
El descubrimiento ha sido realizado por los profesores del Departamento de Petrología de la Complutense José González y Soledad Fernández y por los investigadores del Instituto de Geología Económica y del Instituto de Ciencias de Materiales, ambos del CSIC, Jordi Rius y Ángel Laiglesia, respectivamente.
El nombre del nuevo mineral es un homenaje al naturalista y geólogo Salvador Calderón, que publicó en 1910 "Los minerales de España", donde se describen todos los minerales conocidos hasta entonces en la Península Ibérica.
Los primeros ejemplares de calderonita los encontró José González en 1984 en una mina de plomo de Badajoz y se estudiaron en la Complutense, donde se constató que se trataba de una especie desconocida. Desde entonces, el equipo investigador que ahora publica su trabajo ha examinado sus peculiaridades hasta clasificarla."

viernes, 5 de noviembre de 2010

"Vicente Sos Baynat", por Manuel Pecellín Lancharro.

Hablar de Vicente Sos Baynat es dar nombre a la geología extremeña de la segunda mitad del pasado siglo XX, pues su trabajo estuvo totalmente ligado a nuestra minería metálica (especialmente de estaño) durante más de 30 años.
Su nombre suele aparecer desgraciadamente también como ejemplo de exilio interior de los científicos de postguerra (en su caso fue por asistir al Congreso Internacional de Geología de Moscú). Aunque él, en lugar de irse al extranjero, como muchos otros, capeó el temporal del régimen dictatorial como pudo, resucitando su figura científica y profesional, altamente reconocida por sus coetáneos, gracias entre otros al gran empresario e industrial José Fernández López, curiosamente muy ligado económicamente, en las décadas de los 50 y posteriores, al mismo Estado autoritario español que oprimía a sus científicos y librepensadores.
Incluyo un artículo sobre Sos, de Manuel Pecellín (creo que en la revista Nuevo Guadiana), que condensa la carrera profesional de este gran geólogo que apostó por quedarse en su patria y ejercer de científico y maestro, a pesar de las dificultades.
Su labor no pasó desapercibida para el gremio científico, siendo referente en algunos trabajos, como lo reconocía la propia NASA a la hora de contar con él en las investigaciones de la petrología lunar.

Sos Baynat sería el descubridor de gran parte de los yacimientos minerales extremeños de casiterita que se conocen, así como el creador del Museo de Geología de Extremadura, en Mérida, gracias a la donación de su colección mineralógica, petrológica y paleontológica (además de aportaciones de sus colaboradores y amigos), sin contar con el fondo del laboratorio de investigación minera de José Fernández López.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cursos de Geología de los Centros de Profesores y Recursos de Extremadura.

Los CPR tienen una importante labor expositiva del estado actualizado del conocimiento de cara a su divulgación a la sociedad a través del organigrama educativo, vía profesorado. En el caso que quiero comentar, lo relacionado con las ciencias geológicas, ha sido la sede de Cáceres la que más ha apostado por la formación y actualización del profesorado relacionado con las Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente y la Geología propiamente dicha. De hecho, han sido muchos los cursos que en el CPR cacereño se han realizado bienalmente. El último, en 2009, sobre Paleontología (ver imagen de la izquierda), con una interesantísima visita a las huellas de dinosaurios del Jurásico de Portugal.
A lo largo de todos estos años los temas tratados han sido muy variados, así como los profesionales y especialistas que han ido pasando por sus aulas para explicar sus investigaciones, experiencias y proyectos futuros. Desde la Tectónica hasta la Paleontología, pasando por la Geología Ambiental o la Geomorfología. Como digo, siete ediciones que en más de una década han satisfecho sobradamente al gremio del profesorado de ciencias, según se deduce del éxito de asistencia a estos cursos y sus actividades paralelas (díganse exposiciones y excursiones).
He intervenido en algunos de esos cursos, gracias a las invitaciones que se me han venido haciendo a lo largo de todos estos años. Fue, quizá, en el último en el que más me involucré, conociendo de primera mano las dificultades que se presentan en la organización de actividades aparentemente tan sencillas.
Durante los últimos 10 años he colaborado también con los CPR de Mérida, Badajoz, Azuaga y Zafra. A pesar de ser Cáceres el que más peso mediático tenía en Extremadura, resulta satisfactorio ver el interés de otros CPR por la Geología general y sus especialidades o ramas, especialmente en la provincia de Badajoz. La mayor parte de las veces me encargaba de impartir alguna ponencia, mientras que en otras ocasiones (solía ser el caso de Cáceres) colaboraba en las propuestas de la temática, los ponentes y/o las excursiones.
Personas como Ángel Calleja, Alfonso Mora, Fernando Alfonso Cervel, Manuel Huertas, Isabel Guerrero, Mariano Real, Ramón González Cerrato o Francisco Ramón Béjar, entre otros, incluyendo a los directores con los que más trato tuve, Claudio Porras y Antonio Jiménez Aparicio, han hecho que la Geología, hasta ahora por lo menos, tuviera un gran impacto en las actividades formativas del profesorado.
El próximo año 2011 hubiera correspondido una nueva edición del Curso de Geología del CPR de Cáceres, pero ello no va a ser posible, debido a los recortes a que ha sido sometido dicho departamento, pues se ha liquidado la plaza de la persona encargada de la organización de tales actividades. Todo ello a pesar de que el tema propuesto era de enorme actualidad (giraba en torno a la energía y al almacenamiento geológico profundo de residuos, especialmente el dióxido de carbono y residuos radiactivos) y a que el programa estaba prácticamente cerrado, en cuanto a fechas, títulos de conferencias y ponentes.



Es una lástima que la organización educativa extremeña prescinda del personal necesario para dar continuidad a una (al menos, hasta ahora) labor tan destacada en el ámbito formativo del profesorado de enseñanza primaria y secundaria. Los cursos que los CPR han venido desarrollando todos estos años en torno a las ciencias geológicas, por no hablar de las naturales en su conjunto, demuestran que las ciencias puras no son tan difíciles de entender cuando quien explica sus múltiples facetas demuestra unas capacidades suficientes para ello, gracias al conocimiento atesorado, pero también, y no menos importante, a la facilidad para transmitir dichos conocimientos. Y ambas cosas eran objetivos habituales de estos cursos, aplicándose tanto a los ponentes invitados (eran seleccionados no solo de acuerdo a su perfil profesional, sino también a su capacidad pedagógica) como a los maestros y profesores asistentes. Eso se traducía en una mayor capacidad sintética del profesorado a la hora de transmitir a su alumnado la información geológica más novedosa o, simplemente, el análisis y las visiones, a veces diversas y contrapuestas, sobre temas concretos, algunos rodeados de un halo de inaccesibilidad conceptual que se ha venido demostrando falso gracias a las elocuentes explicaciones de los grandes especialistas que han pasado por estos cursos. Y acabo citando de memoria a algunos de estos sabios: Francisco Anguita, Octavio Apalategui, Antoni Canals, Luis Eguiluz, Juan Gil, Pablo Gumiel, Jerónimo López, Alfonso Mora, Teodoro Palacios y Cecilio Quesada. 

miércoles, 3 de noviembre de 2010

"Los secretos de la Cueva de Maltravieso", por Alfonso Callejo.

De la web http://www.camaracaceres.es hemos entresacado este interesante documento de Alfonso Callejo, "Los secretos de la cueva de Maltravieso":
La Cueva de Maltravieso es sin duda de los Monumentos Históricos el que peor fortuna ha cosechado de los muchos que alberga la ciudad de Cáceres. Paradójicamente, siendo el más antiguo vestigio artístico que ha aparecido en Extremadura (se calcula una datación superior a los veinticinco mil años), su existencia a la luz del conocimiento humano cuenta sólo unos cuarenta años, y en este corto espacio ha estado en peligro de irremisible desaparición varias veces.
Nos limitaremos en esta breve charla, necesariamente de carácter divulgativo, a incidir en aquellos aspectos más desconocidos relacionados fundamentalmente con las vicisitudes del descubrimiento de la cueva que desarrollaremos en forma de pregunta: Cuándo se descubrió, qué se descubrió, cómo se descubrió, dónde y por qué adquiere la relevancia que actualmente tiene, obviando los aspectos descriptivos profundos y no entrando por consiguiente en la valoración de teorías científicas por no ser el objeto de estudio en esta ocasión.
No sería propio comenzar a hablar de la Cueva de Maltravieso, sin referirnos, siquiera sea brevemente, al lugar en el que está enclavada, esto es, al llamado Calerizo cacereño.

El Calerizo
Es una considerable extensión (14 km2) de terreno situada al sur de la ciudad, formada por masas calizas del período Carbonífero Inferior de la Era Primaria. Esta zona viene explotándose desde antiguo, quizá desde la época romana, por la buena calidad de las cales que se extraen, de ahí su nombre. Precisamente con esta cal están hechos los morteros de las murallas almohades que presentan ese característico color rojizo. En la Edad Media era conocida esta industria en toda la comarca y el gremio de caleros era de los más importantes de la villa, como así lo indica el nombre de una de las principales calles extramuros. Se trata, pues, de una nava de rocas calcáreas limitada al norte por la Sierrilla, al Este por la sierra de Mosca, al Sur por los Altos de Santa Ana y al oeste por Sierra de la Aldihuela y la zona del Junquillo.
Este Calerizo está karstificado por la acción de las aguas subterráneas que dan lugar a socavones, oquedades y canales, cuando no a verdaderas cuevas, algunas de ellas conocidas desde antiguo, según refleja la bibliografía. Ocasionalmente en épocas muy lluviosas, hay testimonios de la aparición de cuevas y de socavones por hundimiento de sus cubiertas calcáreas. Otras cuevas han aparecido por la acción del hombre y muy posiblemente existan bajo el Calerizo algunas otras que, o bien algún día la casualidad nos muestre, o bien se destruirán o habrán sido aniquiladas para siempre con la construcción de edificios en una zona que hasta hace poco, muchos teníamos la idea de que no era técnicamente recomendable su urbanización.

Algunas de las Cuevas conocidas en el Calerizo son:
  • Cueva del Conejar, en una zona donde existían antiguos hornos de cal. Excavada someramente por Ismael del Pan en 1917 (naturalista y profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Cáceres). Encontró restos de distinta fauna sin interés especial y varios instrumentos que podrían datarse en la Edad del Bronce, así como cerámica de origen neolítico. En la actualidad existen en su emplazamiento unas naves industriales que hacen peligrar su existencia.
  • Cuevas de Santa Ana. Cerca del campamento militar del mismo nombre existen dos cuevas, una a cada lado del cerro y de parecida configuración y dimensiones. Ambas cavernas llevan abiertas desde tiempo inmemorial, al igual que la ya citada del Conejar. Por esta razón, si alguna vez hubo pinturas u otras representaciones artísticas como grabados, es seguro que la intemperie, el aire húmedo del exterior o la propia acción del hombre las hayan hecho desaparecer hace mucho tiempo.
  • Cueva de la Becerra, citada por Simon Benito Boxoyo en el siglo XVIII (este mismo autor nos habla de otras cuevas hoy desconocidas, asegurando que no se les conocía final, como la Cueva de San Benito que por su nombre podemos presumir que se encontraría en las inmediaciones de la ermita, hoy acorralada literalmente por una urbanización de viviendas cerca del campo de golf). Esta cueva hoy día ha desaparecido por la explotación de unas canteras en el Junquillo, final parecido al que pudo tener la Cueva de Maltravieso, como hemos dicho y a la que sin más dilaciones nos vamos a referir a continuación.
  • Cueva de Maltravieso. Su situación es la que todos conocemos, a escasamente 1500 metros del centro de la ciudad (lo que la convierte en una cueva urbana. Todavía sin penetrar en el enorme valor científico y arqueológico de la misma, este hecho no tiene, que se sepa, parangón en el mundo, pues nos lleva a pensar que estas inmediaciones han sido habitadas posiblemente siempre, desde hace miles de años). Su longitud es de unos 120 metros, de configuración laberíntica. Hay que tener presente que su longitud actual es inferior a la que tenía en el momento de su descubrimiento, ya que al seguir avanzando la cantera en la que estaba enclavada, desapareció por completo la sala inicial (o final, si consideramos la entrada primitiva), la más grande y majestuosa.
Preguntas sobre las cuevas de Maltravieso
  • ¿Cómo y cuándo se descubrió la cueva de Maltravieso? (y decimos la Cueva, no las pinturas, que deberán esperar todavía cinco años a partir de la fecha de agosto de 1951). Para los aficionados a las hemerotecas, pueden consultar los diarios HOY y EXTREMADURA del 14 de agosto de ese año. Rescatemos este pasaje del primer trabajo sobre la Cueva, obra de D. Carlos Callejo, en el que se relatan las vicisitudes del hallazgo:
"La segunda razón por la que era necesario hablar algo de la gruta de Maltravieso es porque ya no existe, por lo menos en la forma en que fue descubierta y no tardará mucho en desaparecer de ella todo rastro. Enclavada en unas canteras de piedra caliza, el avance de esta explotación ha sacado primero a la luz sus galerías milenariamente oscuras y está destruyendo paulatinamente la traza de su emplazamiento. (...) En el verano de 1951 comenzó a correr por Cáceres la noticia de haberse descubierto en sus inmediaciones una caverna prehistórica. Dada la cercanía del lugar, pronto una nube de curiosos se congregó en el sitio indicado, una cantera situada cerca del camino que se llama de Maltravieso (...)".
Ello es que, al ser encontrados varios restos humanos no lejos de la entrada, entre ellos dos calaveras completas, los improvisados exploradores, grandes y chicos, tomaron la gruta algo en serio. Diose cuenta al juzgado, y no faltó mucho para que de este organismo saliera la orden de inhumación pura y simple de los restos neolíticos en la fosa común del cementerio."
  • ¿Qué se descubrió en la cueva de Maltravieso?
En un primer momento, es decir, tras su descubrimiento en 1951, aparecieron restos humanos, entre ellos tres cráneos completos que se conservan en el Museo Arqueológico (uno de ellos trepanado), varias mandíbulas, fémur, tibias y otros fragmentos. En el libro que estamos utilizando como guía de esta charla pueden encontrarse minuciosas descripciones y estudios varios de estos restos. También apareció un importante depósito zoológico (esto es poco conocido) en forma de fragmentos óseos y dentarios, lamentablemente sin saberse exactamente su situación y con un gran desorden en su recolección, lo que ha privado a los investigadores de precisar datos estratigráficos de interés esencial en estos estudios; en Prehistoria y en Arqueología tiene una gran importancia la situación, la profundidad, la disposición, etc... de los vestigios, sobre todo en lugares (como las cuevas) donde frecuentemente se han sucedido distintas culturas a lo largo del tiempo. Estos restos se pueden dividir en dos grandes grupos: restos fósiles de mamíferos, muy antiguos y aprisionados por durísima argamasa calcárea y correspondientes a animales extinguidos en España o en Extremadura; animales que comenzaron a retirarse de estas latitudes en época Cuaternaria coincidiendo seguramente con la última glaciación, cuyo final coincide a su vez con el período Paleolítico. Y otros restos sin fosilizar pertenecientes a roedores o pequeñas alimañas actuales. En cuanto a material cerámico (nos estamos refiriendo todavía a los hallazgos de 1.951) fueron numerosos aunque muy fragmentados. No obstante se pudo reconstruir el diseño de cinco vasos, en los que se advierten varios estilos, desde el más tosco de principios del Neolítico hasta otros de decoración incisa más evolucionados pertenecientes tal vez a la Edad del Calcolítico. Esto corrobora una vez más el uso de la Caverna como vivienda o refugio durante un dilatadísimo espacio de tiempo. Finalmente se recogieron utensilios en escaso número como hachas de mano, puntas de flecha, colgantes de piedra pizarrosa, etc.
Las pinturas
Vamos a pasar a hablar sobre las pinturas rupestres, representaciones que han dado a Maltravieso renombre mundial. Como hemos dicho anteriormente, una vez catalogados mínimamente los restos humanos, fósiles y útiles de época neolítica, botín escasamente importante y semejante en todo caso a otros yacimientos neolíticos (es decir de unos 5000 o 3000 años antes de Cristo) Maltravieso cayó paulatinamente en el olvido, al mismo tiempo que avanzaba de nuevo la explotación de la cantera. Los restos encontrados eran similares a los aparecidos en otros muchos puntos de la zona centro y de la propia Extremadura, que dan fe del poblamiento de nuestra región en esta evolucionada época prehistórica. Pasaron esos cinco años hasta el otoño de 1.956. Recordemos nuevamente unas líneas, no exentas de contenido poético, del emblemático artículo de 1.957 titulado "El nuevo mensaje de Maltravieso":
"... se fueron aquietando las curiosidades de la gente y el descubrimiento de la cueva y su existencia misma cayeron en el olvido. Nosotros sin embargo, no participamos de este enfriamiento de entusiasmos. Han sido muchas las veces que al pasar por aquel lugar hemos fijado la vista en aquellas masas geológicas y en la cada vez más engrandecida boca de la caverna, preguntándonos qué clase de secretos podría encerrar aún aquella primitiva habitación humana, aquel auténtico Cáceres el Viejo cuyos primeros moradores, después de dormir larguísimos siglos en sus lóbregas anfractuosidades, contemplaban ahora con la disciplente mirada de sus cuencas vacías a los cacereños de hoy desde las vitrinas de nuestro Museo."
La verdadera razón de Carlos Callejo para penetrar en esta ocasión en la Cueva no fue otra que la de levantar un plano detallado de la misma para que quedara constancia de su configuración una vez desaparecida irremediablemente por los ya repetidos trabajos de extracción de cal. Fue entonces cuando casualmente aparecieron a su vista extrañas huellas de manos en distintas salas de la gruta, así como series puntiformes y otras representaciones más dudosas trianguliformes y hasta la leve silueta de un animal, al parecer un cérvido.
Como es sabido, por ser el tema más tratado y difundido de Maltravieso, las pinturas representan huellas de manos en negativo por el procedimiento de colocar la mano en la pared y salpicar pintura alrededor, de forma que quede la silueta al retirarla (parece ser que el procedimiento de rociar la pintura era con la boca bien directamente o bien soplando a través de una caña delgada). Las zonas de pinturas o plafones se sitúan en las escasas paredes de la caverna aptas para este fin, aquellas que presentan una superficie aceptablemente plana. La sustancia colorante es una especie de tierra rojiza oscura tal vez mezclada con algún jugo natural. Desde un principio no hubo ninguna duda de su autenticidad y gran antigüedad, pues incluso en algunas de las pinturas los regueros estalagmíticos han cubierto parcialmente la pared, de forma que puede apreciarse una película cálcica que por un lado protegen la pintura y por otro dan muestra, como digo, de una antigüedad a veces discutida.
Decir que a lo largo del tiempo se han ido descubriendo según la siguiente secuencia: De las primeras inspecciones oculares tras descubrir las representaciones en 1.956 se catalogaron nueve plafones en los que podían apreciarse unas catorce manos. Tras las posteriores visitas de entendidos como Ali Sahly, Martín Almagro y Jordá Cerdá, en 1.960 se descubrieron otros cuatro, ampliándose poco después por el propio Carlos Callejo hasta diecisiete paneles, aumentando el número de manos de catorce a treinta y una. En 1.969 el catedrático D.Eduardo Ripoll descubrió en un recóndito lugar de la Cámara Final o sala de los Murciélagos los únicos grabados que existen en la Cueva, muy deteriorados y que representan figuras de cérvidos. En épocas más recientes, producto de minuciosos exámenes de las paredes, se llegaron a catalogar hasta treinta y siete, y, como tendré ocasión de comentar al final, como consecuencia de las últimas investigaciones llevadas a cabo hace tan sólo unos meses, el número total llega actualmente hasta 64. Maltravieso ya es la segunda Cueva del mundo en número de manos representadas (después de la de Gargas, en el Alto Pirineo francés) y la primera de España, superando ampliamente a la Cueva del Castillo, en Cantabria.
Como todos sabéis, una curiosa particularidad de estas manos maltraviesenses radica en que a la totalidad les falta el dedo meñique desde el arranque. En algunas de estas manos incluso da la impresión de que el artista puso especial cuidado en que se notara claramente esta particularidad, no importando tanto la vaguedad de los otros dedos, como el pulgar (parece últimamente más dudoso que el meñique estuviera realmente cortado, como tendremos oportunidad de comentar en el coloquio). Otra misteriosa característica de algunas de estas representaciones es la inaccesibilidad y la difícil posición de algunas de estas manos (pues las hay a casi tres metros de altura y con los dedos hacia abajo). Se ha aventurado por este motivo la hipótesis de que pudiera tratarse de manos cortadas, bien a cadáveres, a enemigos o prisioneros, aunque posiblemente no lo sabremos nunca. Esta inaccesibilidad supone, de no ser cierta la hipótesis mencionada, que debieron necesariamente encaramarse en algún sitio para llevar a término estas pinturas.
Acerca de todo esto hay que decir que las manos en negativo, representaciones de indudable valor mágico, son escasas y raras en el arte cuaternario. Tan solo existen en algunas cuevas del sur de Francia, y con mutilaciones solamente en la de Gargas, ya citada. ¿Qué significan realmente estas manos impresas en los misteriosos recovecos de la caverna? Según los antropólogos, el culto misterioso a la mano se nos ofrece como una manifestación de las preocupaciones espirituales de aquellos hombres primitivos. Y en cuanto a la falta de dedos, es evidente que la tribu o clan que hizo sus actos rituales en la Cueva de Maltravieso practicó la mutilación del meñique, pero las creencias por las cuales se realizó tan cruento sacrificio no las conoceremos con certeza nunca.
En algún momento se llegó a pensar que las manos podrían corresponder a un solo individuo, que pudo tener quizá amputado el dedo meñique accidentalmente o por alguna enfermedad, en cuyo caso habría que olvidarse de los ritos mágicos. Sin embargo, y tras un detenido estudio y medición de las pinturas, se ha podido comprobar que existen varias manos de diferente tamaño (aunque no muchas, cuatro o cinco a lo sumo), algunas infantiles e incluso femeninas.
En la actualidad se cortan el dedo ciertas gentes de las Islas Fidji, en la tribu de los hotentotes de Africa, en ciertos ritos tradicionales en el Japón, etc. Para los antropólogos muchas veces es de utilidad recurrir a tribus actuales de vida primitiva para explicar parecidos ritos prehistóricos. Caería fuera del propósito de esta breve charla referirnos ampliamente a rituales que pudieran tener similitud con los de nuestros remotos antepasados maltraviesenses. Dejemos, pues, el asunto de las manos sin meñique como uno más de los sugerentes misterios que dan nombre a este ciclo de conferencias.

Importancia de Maltravieso dentro del arte rupestre cuaternario
Por si no fueran suficientes razones las que hemos apuntado hasta el momento, que hacen de Maltravieso un yacimiento único, analicemos brevemente su importancia en relación con otros vestigios de ésta remota época: Antes de su descubrimiento era claro que, a la vista de la situación de las cuevas paleolíticas que existían, hubo en estas épocas un poblamiento en la zona cantábrica (y sur de Francia), así como en la parte mediterránea (Cádiz y Málaga) muy bien definidos, posiblemente aprovechando la mayor benignidad del clima costero, menos extremado que en el interior de la Península, cuya acusada continentalidad en un tiempo todavía muy frío (pues estaba en su fase final la retirada de la glaciación de Wurm) hacían a buen seguro inhóspitas estas comarcas. La falta total de yacimientos o restos de asentamientos paleolíticos en el interior de la península habían hecho pensar en el casi absoluto despoblamiento de ambas mesetas en época cuaternaria. En este contexto aparece Maltravieso, dando indudable testimonio de que sí que existió alguna corriente migratoria entre los asentamientos del norte y sur de la Península. Desde este momento dejó de tener vigencia el término franco-cantábrico para citar al arte hispano-francés referido al paleolítico.
Dejando a un lado el resto de sorpresas que Maltravieso deparó a los científicos y que ya hemos comentado, la misma situación del yacimiento fue uno de los aspectos definitivos para que Maltravieso y Cáceres figuren actualmente en todos los tratados de Prehistoria a nivel mundial.
En Prehistoria, al no haber otras fuentes de información que los propios vestigios, adquiere una importancia capital la referencia, la comparación de unos hallazgos con otros en distintos yacimientos. El concepto de tipo (ya sea utensilio, cerámica, arma, pintura, enterramiento, etc) repetido en un determinado territorio nos da idea de la existencia de una cultura, al repetirse los hallazgos con cierta profusión a lo largo de una determinada zona geográfica. Así, podemos hablar de la cultura megalítica, de la cultura del vaso campaniforme, de la cultura almeriense o de la cultura de los campos de urnas.
Según esto, Maltravieso no puede emparejarse con la cultura de las cuevas cantábricas por su lejanía, por los diferentes motivos pictóricos (esos tipos que hemos citado), ni siquiera por su cronología. Por idénticos motivos, tampoco puede emparejarse con los yacimientos mediterráneos del sur de España.
Podemos aventurar que Maltravieso genera una subcultura específica. ¿Es esto posible en un solo yacimiento aislado? Los referentes próximos para contrastar estos hallazgos y perfilar la tipología de esta estación paleolítica faltan por completo. En mi opinión estos referentes habría que buscarlos en el propio Calerizo. Es impensable que un grupo humano -poco numeroso- de hombres del paleolítico se desplazara sin razón que lo justifique desde asentamientos costeros, de clima más suave, a buscar refugio en el interior de la Península, en una zona inhóspita y fría, en un período todavía semiglacial. Estoy convencido de que el Calerizo no solo albergó al clan de Maltravieso. Me inclino a creer más bien que esta nava cacereña fue un conjunto de cuevas, tal vez numerosas, una verdadera ciudad subterránea. Este valle por tanto sería albergue de gentes rudas, que por motivos que no sabremos nunca, habitaban ya aquí, donde ahora vivimos nosotros tal vez desde las negruras del paleolítico inferior.
Prueba de ello son los frecuentes hallazgos de hachas de mano y bifaces paleolíticas que han aparecido a pocos kilómetros de Maltravieso en los yacimientos líticos de El Millar (Cáceres) y Los Arendes de Malpartida, de los que nos ha dado cuenta nuestro buen amigo Juan Gil Montes. Estaríamos, pues, en presencia de un auténtico "Homo sapiens Maltraviesensis", 50.000 años antes de nuestra Era.
Recapitulando -y termino ya- Maltravieso es efectivamente un monumento único por la rareza y misterio de sus representaciones pictóricas, por el aislamiento y lejanía respecto de otros enclaves paleolíticos que hacen que pueda hablarse con toda propiedad de una cultura maltraviesense. Los abrigos de Solutré, Aurignac, La Madeleine, o la Gravette dan nombre respectivamente a la cultura solutrense, auriñaciense, magdaleniense o gravetiense. ¿Por qué no reivindicar el término maltraviesense?
Y finalmente, Maltravieso es original también por la circunstancia de enclavarse en el casco urbano de una ciudad moderna, dándose la feliz coincidencia además de albergar un conjunto histórico patrimonio de la Humanidad, una Humanidad cuyo origen remoto acabamos de poner de manifiesto. Con todo ello, la historia de Cáceres como asentamiento habitado por el hombre no hay que comenzarla por Castra Cecilia y Norba Caesarina. La verdadera dimensión de Cáceres en el tiempo antiguo sigue una línea que es prehistórica, romana, musulmana y medieval.

Mancomunidad Geominera, un ejemplo de difusión geológica.

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