jueves, 23 de abril de 2015

"Del hierro y el wolframio a la pizarra" (noticia de El Periódico Extremadura: 11-05-2008).

En el enlace http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/hierro-wolframio-pizarra_373076.html, publicado el 11 de mayo de 2008, aparece esta noticia de J. C. Z., que transcribimos a continuación:

Del oro, hierro y mármol de los romanos a la pizarra y el granito actuales, pasando por el wolframio y el uranio. Esta es la historia minera de Extremadura, donde la actividad ha tenido que ir adaptándose al ritmo de los mercados, cerrando unos yacimientos para abrir otros y, en algunos casos, reabriendo vetas que ya estaban clausuradas al subir la cotización de un determinado metal.

Según recogen los estudios de la Junta, en la región existen al menos cien yacimientos relevantes de distintos minerales --o el triple casi si se tiene en cuenta que muchos de ellos contienen más de un mineral--. La mayor parte acogen minas que fueron abandonadas por falta de rentabilidad, y que hoy incluso se han convertido en atractivos turísticos, como La Jayona.

Un estudio sobre los recursos realizado por la doctora en Geología de la Uex, Ascensión Murciego, explica que durante la época romana se explotaron sobre todo minas de hierro, plomo, oro, estaño y cobre, y como rocas ornamentales, las canteras de mármol.

Posteriormente la actividad decae, y sólo en el siglo XIX parece volver a resurgir con fuerza al amparo de la explotación de minas de plomo en Azuaga, Castuera y Plasenzuela.

Ya en el siglo pasado, la demanda de wolframio derivada de la necesidad de este metal para los blindajes de los vehículos durante la II Guerra Mundial da lugar a la apertura de gran número de explotaciones, la mayoría de pequeño tamaño, con la única excepción de La Parrilla, en Almoharín, de gran importancia.

Otro elemento que va cobrando auge es el fosfato, cuyo ejemplo más relevante es la mina cacereña de Aldea Moret, y también el hierro, que focaliza la actividad minera en el triángulo formado por Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra y, especialmente, Burguillos del Cerro, donde la actividad se mantiene hasta mediados de los 70.

También el antimonio registra una demanda que justifica la apertura de multitud de minas, donde destaca San Antonio, en Alburquerque.

Pero quizá el hecho más relevante en la minería extremeña del pasado siglo es la aparición de las minas de uranio en los 40, asociada a la apertura de las nucleares y al desarrollo también en diversos países de armamento nuclear. Ratones y Perdices en Albalá, o Lobo en La Haba, así como Cabra Baja, son muestra de este interés, que decae en los 80 al descubrirse yacimientos más rentables en otros lugares del mundo.

Con todo, el subsuelo extremeño aún guarda una gran riqueza mineral en metales como oro, estaño, wolframio, hierro, plomo, cinc, plata, cobre litio, cesio o antimonio, así como el uranio.



ROCAS ORNAMENTALES De momento, y a la espera de que los precios del mercado y las tecnologías hagan viable reabrir estos yacimientos, lo que ha tomado el relevo en la minería extremeña es la explotación de canteras para rocas ornamentales.

Actualmente se localizan más de 200 explotaciones en actividad, de las que se extraen 46 variedades, todas menos tres de granito. Las restantes son mármol, pizarra y cuarcita.

Las explotaciones de granito están localizadas en Garrovillas, Malpartida de Cáceres, Pidras Albas, Alburquerque, Villar del Rey, La Haba y Quintana de la Serena.

Así mismo destacan las canteras de Aceuchal, Higuera de Vargas, Barcarrota, Burguillos del Cerro y Valencia del Ventoso.

Por lo que se refiere a mármoles y calizas, las canteras están localizadas en Alconera. Finalmente, las pizarras son explotadas en Ladrillar y Villar del Rey.

El PIB de este sector ha crecido a un ritmo espectacular en los últimos años, de manera que la industria asociada a la extracción de las rocas se sitúa como el segundo sector industrial más fuerte, con 113 millones de euros anuales de riqueza generada. Además, en este sector de actividad el crecimiento ha ido muy asociado al aumento de la exportación con la apertura de nuevos mercados, donde la roca extremeña es muy apreciada y materiales como el granito son utilizados en países como Japón, Inglaterra o Nueva Zelanda, ya que prácticamente el 90% de la producción sale fuera.

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