Minas turísticas de Azuaga, o lo que es lo mismo, nada de nada.

Este es un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas. A los extremeños, españoles y europeos esta obra nos ha costado mucho (más de medio millón de euros) y no ha servido de nada. Probablemente vaivenes políticos locales han sido la causa del estado de abandono en el que se encuentran estas instalaciones que tanto prometían a una localidad que podía haber sido un referente en turismo minero, como lo ha sido Fuente del Arco o Logrosán, por poner dos ejemplos destacados. Si estuviéramos en Islandia, a alguien se le caería el pelo.