Agustín Pieren y Juan Carlos Gutiérrez-Marco publicaron este trabajo en 1990, en el nº 8 de la revista Geogaceta.
Se describían las formaciones Gualija y Guadarranquejo, de muro a techo, utilizando criterios estratigráficos y bioestratigráficos. En las pizarras negras (Fm. Guadarranquejo) se incluyen 8 horizontes fosilíferos en base a graptolitos, y otros dos horizontes en las areniscas superiores.
Hasta el momento de publicarse este trabajo no existía una división clara entre el Ordovícico y el Silúrico. Por otro lado, los autores establecen la mayor similitud con las series de Villuercas (Sinclinal del Guadaranque y del Viejas-Santa Lucía) que con las de Ciudad Real.