En este pequeño artículo, publicado en 1999 en la revista Geographicalia nº 37, los autores (J. Martín-Gil, P. Martín-Ramos y F.J. Martín-Gil) ponen de manifiesto las relaciones entre la composición química de las aguas minerales naturales y su localización geográfica (habría que decir, quizá más bien geológica), en especial entre la latitud y la salinidad y la longitud y la mineralización. Por ejemplo, la salinidad es mayor hacia el suroeste de la península y, en general, así puede constatarse en otras aguas del planeta.
Particularmente, consideramos dichas conclusiones demasiado aventuradas.