El karst casi es hoy en día inexistente, aunque pudo ser en su momento muy relevante. Este caso no es único en Extremadura, donde las formaciones kársticas están en fases seniles.
En las canteras abandonadas de mármoles y calizas marmóreas encontramos las típicas mesoformas kársticas en superficie (lapiaz), observándose las disoluciones de las zonas de fractura por donde circulan las aguas cargadas de dióxido de carbono. Por otro lado, la roca propiamente dicha presenta ejemplos de las presiones a las que han sido sometidas, como los estilolitos y otros tipos de deformaciones interesantes.