Publicado en el Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, nº 6, páginas 389-412, en 1879, este trabajo es uno de los básicos a la hora de entender la ciencia geológica que estaba sólidamente implantada en España.
Tras una introducción geográfica, como era habitual en los textos de la época, Joaquín Gonzalo y Tarín aborda una descripción de las distintas formaciones (estrato-cristalina o lo que hoy denominaríamos basamento precámbrico; formación siluriana -actualmente Cámbrico, Ordovícico y Silúrico s.s.-; sistema devoniano; sistema carbonífero; sistema terciario medio; sistema cuaternario; formación hipogénica; pórfidos, dioritas, etc.; finalmente, rocas metamorfoseadas en alto grado).
Como detalle, digamos que el autor conocía la cartografía geológica al otro lado de la frontera, además del trabajo de Le Play, que recordemos incluía el primer mapa geológico realizado en España. Aunque empezó su recorrido por la Raya, enseguida mudó al este, para darnos detalles suculentos sobre algunos afloramientos, en especial los referidos al registro paleontológico (donde lo hubiera) o los travertinos fosilíferos sobre el afloramiento calizo del Cerro de San Cristóbal (citando a Le Play) o los restos carbonosos del centro y sureste de la provincia de Badajoz.
Y ya como curiosidad, de las muchas que podemos ver en este texto, está el concepto "maclina", referido a las rocas metamorfizadas ("metamorfoseadas", como dice el autor), y la cita sobre las pizarras de techar de Villar del Rey (estas explotaciones son muy antiguas) o las tierras blancas (pizarras magnesianas meteorizadas químicamente en grado máximo, muy usadas, a falta de cal, para enjalbegar las casas.
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