Apatrullando la ciudad: la raña de la Sierrilla Cacereña.

Intentando emular a nuestro amigo bloguero, Granito Parlanchín, hemos dedicado alguna mañana de este soleado último fin de semana del mes de abril a recorrer los senderos que con acierto han señalizado los responsables del Ayuntamiento de Cáceres.

 Visitando los alrededores del norte, nos adentramos desde La Sierrilla por esos caminos que permiten realizar rutas circulares de una o dos horas a pie, aprovechando el frescor de la primavera, el colorido de los campos en flor y claro, patear piedras, que es lo nuestro.

Panelería indicativa de los circuitos senderistas periurbanos a Cáceres.

Así observamos un detalle importante en nuestro recorrido. En la explanada de las casas que hay en lo alto de La Sierrilla vemos retazos de un depósito de raña. Ya hemos tratado de este tema en otros posts (el mas destacado, quizá, sea el de Martín Sánchez). La cercanía a la ciudad de este punto geológico singular que hoy presentamos permite una visita de aficionados y no aficionados a un tipo de depósito sedimentario característico del oeste español. La raña se puede observar muy bien en otros lugares, como Alburquerque, sur de Montánchez (hacia los llanos del Parque Natural de Cornalvo) y, sobre todo, en el Geoparque Villuercas Ibores Jara, en varias localizaciones, entre las que destacan Cañamero y Mesas de Ibor. Fuera de Extremadura, en Castilla-La Mancha, los Montes de Toledo presentan también este tipo de depósitos.

Esquema explicativo de la formación de una raña (tomado del blog de Isaac Buzo).

Las rañas son depósitos sedimentarios de tonos rojizos, en los que destaca la abundancia de cantos de arenisca muy ferruginosa, de gran redondez y clasificación, cuya morfología en superficie es esencialmente llana. Importante no confundir el tipo de sedimento (raña) con la morfologia (glacis), pues los glacis pueden llevar asociados otras rocas y sedimentos, y no ser siempre rañas.

Cantos de raña (Aljucén). Nota: las demás fotografías son de La Sierrilla.

Detalle de la superficie de la raña: abundantes cantos centimétricos redondeados, areniscosos y todo de color rojizo.

A un tiro de piedra, como suele decirse, podemos ver, colindante con uno de los carteles informativos de los caminos periféricos cacereños, este pequeño retazo rañoide, que permite observar algunas de las características que le son propias, pero donde además puede verse la gran extensión que, hacia el noreste (Monfragüe) tiene toda la penillanura trujillano-cacereña, otra morfología esencialmente planar, pero de origen sensiblemente diferente.

Mirando hacia Monfragüe: penillanura.

Llanos de Cáceres por el norte y noreste del flanco septentrional del sinclinal de Cáceres.

Frondosa vegetación herbácea y arbustiva de la ladera norte de La Sierrilla. Abajo, penillanura formada sobre rocas metasedimentarias Neoproterozoicas (Precámbricas). Al fondo, serratas paleozoicas de Monfragüe.