En el año 1985 se publica este artículo en el número 6 de la revista Norba. Su autora, María del Mar Lozano Bartolozzi, hace una introducción histórica de la famosa barriada minera, antes de tratar sobre la singularidad arquitectónica de la iglesia parroquial de San Eugenio.
El arquitecto fue D. Ruperto Ramírez. El primer donativo, que abrió la suscripción popular, fue del Rey Alfonso XII, en 1881. El primer contratista sería D. Julián Fernández Valencia (vecino de Almadén) y posteriormente también D. Román González Pájaro. La casa rectoral sería obra del arquitecto D. Emilio María Rodríguez. Las últimas obras, del interior, en el altar (pavimentos y pasos de granito, verja, púlpito y pilas), recaen sobre el contratista D. Manuel del Amo Sánchez. La obra está supervisada por el entonces arquitecto municipal de Cáceres, D. Eduardo Herbás.
Como anécdota, decir que la imagen de Santa Bárbara es, en realidad, de Santa Catalina.
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