Al Este y Sureste (hacia La Nava de Santiago y Montijo), roca ígnea, plutónica, en suelos ondulados: se elevan al exterior formaciones graníticas, elevadas y muy erosionadas (“bolos”, “hongos”, “dorsos de ballena”…); amplios berrocales muy aptos como materiales constructivos. Generosas dehesas, ofrecen asiento a ovejas y cerdos de montanera.
Al Oeste (hacia Villar del Rey), metamórfica pizarra,
muy valiosa para tejados, suelos, aislantes, en terreno de cerro y
monte (sobresaliendo el de Valdevilano). Abrupto territorio de caza
mayor, con algunas zonas de olivar y buen terreno para cabras y
ganadería bovina en libertad.
Alrededor, alguna roca ígnea, volcánica: duro basalto, así como canteras metamórficas, de cuarcitas. Entre ellas, buena tierra de labor.
De todo se han aprovechado siempre los canteros, faenando en medio de sus dehesas de encinas y alcornoques, con rico sotobosque y corrientes erosivas de aguas torrenciales, retenidas en charcas legendarias.
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Mapa geológico de los alrededores de La Roca |
Por cualquier lado, caminos de vistas formidables, que invitan al senderismo y a la contemplación. Con todo, lo mejor, su Dehesa Boyal, de buenos pastizales, regada por la ribera Lurianilla, de extensos y elevados berrocales graníticos, con formas variadas, de espectaculares “dorsos de ballena”, “hongos” y “bolos”.
De allí, las rutas hacia la zona de dólmenes y Convento de Loriana serpentean por su ribera, rica en fresnos y zarzamoras, con molinos de agua que conservan -especialmente recuperado el de su Dehesa Boyal en la zona donde se celebra la Romería de San Isidro-, su estructura central y conducción de agua en arco de ballesta.
Todo un goce para los sentidos, al alcance de las manos de cualquiera.
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