Encontramos esta noticia del 17 de junio de 2013 sobre minerales en Cheles, en la excelente web Noticias de un Espía en el Laboratorio (http://espiadellabo.blogspot.com.es/2013/06/citizen-science-los-minerales-de.html), de César Menor Salván. Dicho post participa en el XXVI Carnaval de Química alojado en El Cuaderno de Calpurnia Tate (http://elcuadernodecalpurniatate.blogspot.com.es/2013/06/carnaval-de-quimica-z26.html). He aquí el texto y las imágenes:
Un ejemplo de esta actividad popular [se refiere a la desarrollada por Citizen Science] se da en las antiguas minas de cobre de Cheles, muy cerca de la frontera de Portugal. Este yacimiento, conocido desde época romana (los romanos fueron expertos prospectores y peinaron la Península en busca de oro, plata, plomo y cobre) fue objeto de pequeñas explotaciones, siendo las mas recientes de finales del siglo XIX, periodo en el que una sociedad portuguesa explotó una mina llamada "Buena Estrella", aunque la concesión minera de "Las Merlizas" fue activa hasta los años 70 del siglo XX, cuando caducó. Parece ser que estas minas se sitúan en un paraje, llamado finca "El Novillero", con lo que ésta denominación también se ha recogido para las minas.
Las minas explotaron un filón rico en cobre encajado en pizarras del Silúrico. En la zona de oxidación del filón, formada por goethita (FeO(OH)), cristalizaron minerales secundarios de cobre. Estos minerales aparecen a partir de la oxidación del cobre presente en los sulfuros del filón o bien por la removilización de minerales de cobre previamente formados (como carbonatos) y su posterior cristalización en forma de sales poco solubles de Cu(II). Es posible que el filón sea de origen secundario, formado por óxido de hierro y sales de cobre que se han concentrado tras la removilización del cobre disperso en las rocas encajantes.
La característica forma cavernosa o escoriácea de los óxidos de hierro de las zonas de oxidación de los yacimientos, permiten que los minerales secundarios tengan espacio suficiente para desarrollar caras cristalinas, lo que les convierte en objeto de deseo de los aficionados.
La particularidad de estas minas es que entre los minerales secundarios formados en la zona de oxidación se encuentran los fosfatos de cobre pseudomalaquita y reichenbachita, entre otros. Estos minerales son raros y los ejemplares recuperados de los restos de estas olvidadas minas se encuentran entre los mejores del mundo para estas especies. Por ejemplo, la pseudomalaquita es muy rara en cristales, que aquí tuvieron la oportunidad de crecer bastante bien desarrollados.
Derechos de autor: Cesar Menor Salván.
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