Se ha dicho de este gran geólogo que era uno de los exponentes de la Generación del 98 científica. Ciertamente, la prosa de don Eduardo Hernández-Pacheco nos recuerda mucho a la de aquellos literatos más conocidos de hace algo más de un siglo. Nombres como Maeztu, Menéndez Pidal, Unamuno, Valle-Inclán, los Baroja o los Machado, entre otros muchos, nos son familiares por razones artístico-literarias, pero no así sus coetáneos científicos.
Si de literatura se trata, es evidente que la de aquellos escritores era y sigue siendo muy peculiar, con una narrativa recargada y un lenguaje más tortuoso que el utilizado hoy en día en líneas generales, por no entrar en el fondo crítico político-social que transmitían. Tanto en las artes escritas como en las ciencias también escritas, los estilos confluían y un buen ejemplo son cualesquiera de aquellos documentos geológicos de entre siglos (XIX-XX) que nos brindan la oportunidad de apreciar no sólo las descripciones sino el estilo y expresión literaria en sí mismos.
Traigo en esta ocasión un caso paradigmático para el conocedor de la obra de don Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan, que escribiría un opúsculo literario, titulado "La brigadiera", en 1950. Consta de tres partes: Los Olivos, El Brigadier y El Manantial. Sus protagonistas son El Rubio, don Diego Pacheco (el Brigadier), doña Gerónima Pavón (la Brigadiera), el cura Limones, don Atanasio y el estudiante Pavón, así como otros tipos populares del pueblo español.
En este breve texto, publicado por la Revista Alcántara, de la Diputación Provincial de Cáceres, don Eduardo Hernández-Pacheco, el literato, nos revela parte de su propia biografía (existen personajes que podemos identificar con sus ancestros e, incluso con él mismo), una capacidad notable de expresión y una vena narrativa amena (dentro de los límites propios de ese estilo literario, hoy desgraciadamente desfasado) y con un fino, finísimo, sentido del humor, que raya claramente el sarcasmo (leer el texto correspondiente a la escena de la caida de la Pantalona, más abajo). Lástima que no acabara siendo más que una novela breve.
Transcribo algunos párrafos sueltos (con su léxico y puntuaciones originales), para el disfrute (don Eduardo diría "solaz") de quienes lean estas líneas:
"Una tarde tres conspicuos varones avanzaban lentamente por la callejilla camino de la fuente del tío Rubio para fumar un cigarrillo a la sombra de la higuera y beber la fresca agua del manantial. El más viejo era el párroco, el cura Limones, persona inteligente y discreta, de carácter enérgico y un tanto autoritario y dominante. También de edad madura era don Atanasio, funcionario del Ministerio de Hacienda, que había solicitado la jubilación y regresado de Madrid a su pueblo para atender su quebrantada salud. El tercer paseante era Pavón, estudiante con espolones, o sea que había pasado de pollo. Cursó la carrera sacerdotal en Badajoz, y cuando se aproximaba la cuestión de votos y ceremonias, torció rumbo y cursó Derecho en las universidades de Salamanca primero y después en Madrid. Era algo aficionado a la Historia y a la Literatura y mediano latinista".
"A la viuda del brigadier, que hizo de Alcuéscar capital militar del distrito de Tajo a Guadiana, el vecindario guardó siempre gran consideración y respeto, denominándola por antonomasia "la Señora" y más generalmente "la brigabiela", corrupción popular de la brigadiera".
"En el fragor de la pelea la Rina dió un empujón a la Pantalona y ésta cayendo de espaldas, se dió un golpazo contra las piedras del brocal y cayó de cabeza a la poceta. Las piernas agitándose convulsivamente, era lo único que sobresalía del agua, pues la estrechez de la poceta y el golpe, impedían se revolviese el náufrago; y allí se hubiera ahogado, si tirando de los pies no la hubieran sacado y tendido bajo la higuera para que se repusiera de la descalabradura, del remojón y del susto".
Una auténtica rareza bibliográfica. La verdad es que tienes un buen puñado de rarezas y se agradece que nos las enseñes. Un saludo.
ResponderEliminarSí, es la única obra no científica conocida de EH-P. A mi me parece más un guiño biográfico, donde también expresa soslayadamente sus ideas políticas. Lo tengo en pdf.
ResponderEliminarSí señor: su abuelo militar (Diego Hernández Antillano Pacheco), el brigadier de la "novelita", curtido en la guerra de la Indpendencia- Arryomolinos de Montánchez-, la independencia de las colonias españolas de América (Ayacucho)y en las guerras carlistas...
ResponderEliminarY su padre(D. Francisco Hdez-pacheco Pavón)también militar: general de brigada y Gobernador militar de Cáceres.
Por tanto, hijo y nieto de militares.
Si te interesa, - tal vez ya la conoces- D. Eduardo tiene otra obrita publicada en la R. Alcántara "Alcuéscar en la sorpresa de Arroyomolinos de Montánchez"; En ella también habla de la participación de su abuelo-subteniente Pacheco-en esa batalla de 1811.
Saludos.
Gracias porlas citas que haces de mi publicación.
!Enhorabuena por tu blog!. !Animo!
Se me había olvidado la obra que comentas, Julio ("Alcuéscar en la sorpresa de Arroyomolinos de Montánchez"). No sé dónde puede estar, seguramente en la biblioteca de la Diputación Provincial. Y gracias a ti por comentar y mejorar la información. Un abrazo.
ResponderEliminarPuedes encontrar la citada colaboración en los ARCHIVOS de la Diputación Provincial, en Revista de Alcántara. Año XV, Nº 137.1960.
ResponderEliminarCreo que tambien puedes consultarla en la Bilioteca Pública de Cáceres(C/ Alfonso IX)
Saludos
Cómo puedo conseguir la novela la Brigadiera. Grandcias
ResponderEliminarBastante difícil. En librerías de antiguo, quizá. Yo puedo facilitar una copia en pdf, pues solo tengo un original y no quiero desprenderme de él, por ahora. Si te interesa el pdf, manda la petición a eduardo.rebollada@gmail.com y te lo envío. Saludos.
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